lunes, 16 de mayo de 2016

Del derecho a la ciudad y a la información.

El derecho a la ciudad. Surge como una crítica hacia las condiciones  y oportunidades no equitativas de los habitantes. La población urbana tiene limitaciones para cubrir sus necesidades básicas para la supervivencia y pocas posibilidades de recreación,  debido a que las ciudades han sido blanco de políticas neoliberales que han construido enclaves o espacios insulares y se han dejado de lado los espacios públicos, por otro lado, la violencia ha ganado el dominio y uso del espacio urbano. Ante este contexto surgen luchas urbanas de recuperación del espacio y conseguir mejoras en la calidad de vida como un mejor acceso a los servicios y vivienda adecuada.  Frente a estas problemáticas en el Primer Foro Social Mundial se discutió formar un modelo basado en principios de solidaridad, libertad, equidad, dignidad y justicia , social, así como el respeto entre las culturas urbanas y equilibrar el espacio urbano con el rural. En este foro surgió la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, que recoge los compromisos de sociedad civil, gobiernos locales y nacionales y otras instituciones con el fin de defender los derechos ciudadanos y uno de ellos es el derecho al acceso y uso de las tecnologías de la información y comunicación.

Derecho al acceso y al uso de las tecnologías de la información: En la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad se señala que la administraciones públicas no sólo deben proteger y garantizar este derecho, sino también utilizar las TIC (Tecnologías de información y comunicación) para democratizar realmente al acceso de todos los servicios de interés general.  Se apoya el uso de la Ventanilla Única en el caso de la administración pública. Los barrios y colonas tienen derecho al cableado, por ejemplo de fibra óptica si es posible.


El derecho a la información.  La globalización genera  un flujo movimiento de información, direcciones. Las organizaciones sociales y cívicas, los centros de estudios y de investigación, sindicatos y cooperativas, etc. deben poder acceder a las informaciones políticas, financieras o culturales que en muchas ocasiones están resguardadas para minorías de poder económico o político. Las actuales tecnologías de comunicación permiten el acceso, sino global si de una gran audiencia, pero  los privilegios de los gobiernos y de los grupos económicos impiden la consulta.


 El derecho a la información supone el acceso real a informaciones de interés general, que ahora gobiernos y empresas consideran confidenciales como acuerdos de compra-venta de armamento o construcción de infraestructura, transacciones financieras, contabilidad de empresas multinacionales, etc. Pero también supone el control social internacional de los medios que determinan la producción y el acceso a las informaciones como  los bancos de datos, las estadísticas adecuadas, el mantenimiento de páginas web, servidores, etc. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario